sábado, 12 de abril de 2014

Venta del libro

Después de todo el proceso por el que pasa el manuscrito para convertirse en libro, viene la prueba final: su venta. Es aquí donde se busca hacer llegar la obra a los lectores. Quien se encarga de distribuir los libros, es el departamento de ventas. Es en esta etapa donde ya se busca obtener las ganancias de lo que se invirtió en todo el proceso editorial y también es cuando ya se le brinda un servicio al comprador. 

     Pero para lograr que el libro se venda, los de este departamento deben colaborar con los demás, esto es muy importante, pues como ya lo he mencionado en entradas anteriores, el trabajo en equipo define muchas veces el éxito del libro. Por ejemplo, el departamento de ventas tiene que trabajar con el editorial, ya que los de ventas conocen el mercado y saben lo que el público quiere, por lo que pueden ayudar a los de editorial a conseguir títulos atractivos o darles una mano con los títulos que quieran vender. 

Formas de vender un libro

     Según Datus Smith existen distintos métodos para vender un libro: 
  • A partir de los clientes: De forma individual, es decir por suscripción o venta por correo. A las instituciones, por ejemplo libros de texto para las escuelas, o también directamente a bibliotecas. A los vendedores al menudeo, como librerías, vendedores ambulantes y clubes de libros. A los mayoristas, como en las bodegas o almacenes. 
  • Por exportación: como bien se entiende, la venta de libros de un país a otro, sin embargo, este tipo de venta es muy complicada ya que hay que enfrentarse a varios obstáculos, los principales son el idioma (el país al que se vende puede no hablar el mismo idioma en el que está escrito el libro), conflictos políticos (se puede usar a un tercer país para hacer llegar los libros), censura (por razones políticas o religiosas un país puede prohibir la entrada a su territorio de ciertos contenidos) y problemas económicos (como el uso de distintas monedas, impuestos y permiso por exportación, costos de envío y el tiempo que requiere el que llegue el libro).


Proceso de venta del libro

     Para que la venta del libro sea exitosa, debe seguirse un proceso en la venta del mismo:
  1. Promoción. Hay que dar a conocer el libro y convencer a la gente de comprarlo.
  2. Pedidos. Llevar los libros a las librerías e instituciones para que estos comiencen a hacer los pedidos del número de ejemplares que querrán.
  3. Entregar libros solicitados. Se envían los pedidos a los establecimientos correspondientes, contemplando los gastos de envío, las promociones y haciendo el seguimiento de sus ventas. Los ejemplares enviados se identificarán gracias al ISBN (International Standar Book Number), que son 10 dígitos que ayudan a diferenciar un libro del resto, en español se traduce como número estándar internacional de publicaciones. De los dígitos, el primero corresponde al idioma y el resto a la editorial y al título.


Problemas de la venta de libros

     Si los libros son almacenados por mucho tiempo, pueden sufrir daños por los bichitos que devoren sus hojas o por el desgaste del material por el paso del tiempo, lo que puede ocasionar que el librero devuelva los ejemplares a la editorial y con ello se pierdan ganancias.

Factores que influyen en las ventas

     Los posibles lectores de la obra hacen su compra a partir de cierto elementos, escogen los libros que comprarán después de observar y analizar varios aspectos, como lo son la calidad del material con el que se hizo el libro, el diseño, la temática, el autor, la calendarización (de la campaña del libro y de la época del año en la que éste sale a la venta), el servicio, el precio, el descuento… Para comprobarlo no hay más que hacernos una simple pregunta: ¿cuántos de nosotros hemos podido comprar un libro gracias al descuento?




Fuente:
Smith, Datus. “8. La venta de libros”. Pág. 110-130

sábado, 5 de abril de 2014

Elementos tipográficos del libro

Los elementos tipográficos del libro, son los siguientes:  
  • Caja: O mancha, es la parte que se imprime en una hoja, es decir, el espacio que ocupa el cuerpo del texto en el libro. El ancho de la mancha debe ocupar entre un 75% y 80% del ancho de la hoja.



  • Folio: Este es otro nombre que se le da a la numeración de las páginas. Ésta puede ir en la parte superior del margen, en la inferior o en el margen exterior. Puede numerarse solamente las páginas impares (folio recto). El tamaño de la fuente de los folios es dos números menos que el del cuerpo del libro.
  • Márgenes: En la siguiente página encontramos cuatro tipos de márgenes: superior o de cabeza; inferior, de pie o falda; exterior o de corte; e interior, de lomo o medianil. 



  • Sangrías: Una sangría es el espacio que suele tener el primer renglón de cada párrafo antes de iniciar con el texto. Este espacio se hace para diferenciar entre un párrafo y otro. 
  • Tipos de párrafos: El uso de la sangría determinará los tipos de párrafos. Existen tres tipos, el normal u ordinario, en el que se le pone sangría solamente al primer renglón del párrafo; el francés, que es cuando se les pone sangría a todos los renglones menos al primero, suele usarse en las bibliografías (en Word puede usted usar este tipo de párrafo para sus escritos, al seleccionar un texto, dar click con el botón derecho del mouse y ahí seleccionar la opción "Párrafo"); y el moderno o americano, que no lleva sangría. 


  • Espaciados: El término se refiere a los espacios entre palabras. Éstos deben ser proporcionados y regulares, es decir no dejar demasiado espacio en blanco entre una palabra y otra, pues se pierden las líneas y la estética, pero tampoco dejar un espacio mínimo pues entonces realizar la lectura costaría trabajo.
  • Otros blancos: Se deja un espacio cuando se pondrá un subtítulo o para separar los apartados de un libro.
  • Volados y voladitos: Son las llamadas de nota que van encima de las líneas de texto, en la parte superior de la composición tipográfica, también llamados superíndices.
  • Interlínea: El texto necesita regletearse, es decir, establecer un espacio entre las líneas de un texto para espaciarlas y que no queden encimadas ni muy separadas. En la siguiente imagen se puede observar el mismo texto, pero con un espacio distinto entre las líneas. 



Fuente:
Zavala Ruiz, Roberto. “El libro y sus orillas”. Págs. 34-63

Las partes de un libro

Ya se ha visto cuál es el proceso de edición por el que debe pasar un manuscrito para convertirse en un libro (desde la selección de una obra, hasta la impresión de la misma), por lo que ahora es necesario pasar a las cuestiones técnicas del texto cuando ya ha sido impreso. Las siguientes entradas tratarán en su mayoría de definir conceptos relacionados con ello.

Partes del libro. 

  • Primera de forros. También denominada cubierta, aquí es donde va el título de la obra, el subtítulo,  el autor y la editorial.
  • Segunda de forros. En un libro suele dejarse esta hoja en blanco, aunque también pueden ir otros títulos de alguna colección o del propio autor.
  • Páginas falsas. Son las páginas 1 y 2, van en blanco y también se les llama hojas de cortesía o respeto.
  • Falsa portada. Es la página 3 de un libro, en la que únicamente va el nombre de la obra.
  • Contraportada. Es la página 4 y también suele ir en blanco, en algunas ocasiones aquí se pone el nombre del traductor.
  • Portada. Corresponde a la página 5. Ésta tiene todos los datos de la obra; título, subtítulo, autor, editorial, lugar en el que se hizo la edición, ilustrador y logotipo de la editorial.
  • Página legal. Es la página 6, aquí van todos los datos que por ley debe tener un libro, como lo son la fecha de edición, lugar en el que se hizo la edición, dirección de la editorial, el propietario de los derechos de autor, lugar de impresión y número de ejemplares.
  • Epígrafe. Esta corta dedicatoria, si es que se decide ponerla, va en la página 7.  
  • Índice. Antes de que inicie como tal al obra se pone el listado de capítulos del libro, sin embargo en México sucede algo curioso: el índice se suele poner al final de la obra y no al inicio.
  • Texto. Éste es el cuerpo de la obra, que por regla debe empezar en una página impar. Dentro de esta sección se usa el colgado, que es como se le denomina al espacio que se deja entre el margen superior de la hoja y el cuerpo del texto. Algunos autores optan por suprimir este espacio y reducirlo con el propósito de ahorrar papel, sin embargo, no es una medida muy útil, pues es posible que por la falta de estética en el libro, los posibles compradores no paguen por el libro, pues no es atractivo a la vista. 
  • Colofón. En las últimas hojas del libro va el colofón, es decir, se escriben los datos legales sobre la impresión: año en que se terminó de imprimir, dirección de la impresora, número de ejemplares y el nombre del encargado de las impresiones.
  • Tercera de forros. También llamada reiteración de la portada. Va en blanco, aunque unas editoriales ponen aquí el nombre de otras obras de la misma colección o futuras publicaciones.
  • Cuarta de forros. O contraportada, en la que suele ir una pequeña reseña del libro o del autor, para incitar a las personas a comprar el libro.

     Al final del texto van otras secciones como lo son los apéndices, anexos, notas, bibliografía y el glosario.
     Por último, dentro del proceso de impresión es importante que no solamente se encuadernen todas las secciones en el orden adecuado, sino que el papel en que el se imprima sea el indicado, para ello hay que tener en cuenta muchas de sus características como la  opacidad, el grosor, la textura, la calidad, el color, qué tan rápido se seca la tinta en él, la resistencia, qué tipo de papel es el adecuado para el texto y cuál para las ilustraciones, saber si se le pondrá un recubrimiento o brillo o no, etc. 

Fuente:
Zavala Ruiz, Roberto. “El libro y sus orillas”. Págs. 21-34

sábado, 29 de marzo de 2014

Viendo como diseñador

Del manuscrito al libro

Ya hemos hablado en este blog del trabajo que realizan el editor (Viendo como editor) y el corrector (Viendo como corrector de textos), ahora va el turno de ponernos en los zapatos del diseñador que trabaja en una editorial. 
     El proceso de edición de libro es aquel en el que, después de realizadas todas las correcciones y tener la seguridad de que así es como se imprimirá el libro, el manuscrito se convertirá en un libro. Por lo tanto, el diseñador es el encargado de otorgarle las características físicas al libro. 
     Dichas características son el tipo de papel del libro, de letra, el espacio entre líneas, el tamaño de la hoja, los números de páginas, los márgenes, la encuadernación, el orden de los renglones, dónde se colocan los títulos de los capítulos, la cubierta, el acomode de las ilustraciones y mapas, pensar en los costos (tomando en cuenta al lector, quien pagará por el libro, y a la editorial, quién tendrá que invertir en ello), la viabilidad de su proyecto, etc.
     La elección del tipo de impresión que tendrá el libro tendrá que llevarse a cabo teniendo en cuenta todos los elementos anteriores. 
     Dos elementos importantes respecto al trabajo del diseñador: el primero es que debe darle una presentación al libro que sea atractiva y de preferencia, que requiera un bajo costo; el segundo es que el diseño que se le dé al libro debe reflejar las ideas de la obra, hacer del texto algo atractivo a la vista y que corresponda el diseño con el enfoque del libro. 
Esta portada... ¿motiva el interés en la obra?
     Por ello, el diseñador también debe estar familiarizado con el contenido de manuscrito, para saber cómo hacer su trabajo. Pues como menciona Datus Smith en “Edición del escrito”, no sirve si la portada es una obra de arte si no provoca que le gente lo tome y se interese en él y si tampoco está reflejando las ideas que contiene el libro.
     Por ello, la realización de los forros es muy importante. Muchas veces de ello depende que un libro tenga éxito o no, por el interés que genere en la gente para hojear el libro o para ignorarlo.
     Por otro lado, otro trabajo que corresponde al diseñador, será investigar qué tipo de materiales están disponibles en la región para usar en el diseño de los forros y hacer su labor basándose en ello.
     Aunque también es cierto que muchas veces las decisiones del diseñador respecto a la selección del material y del diseño, tendrán que modificarse dependiendo de las exigencias de la empresa editorial. Y sin importar estas limitaciones, el diseñador debe continuar con su trabajo de brindar un trabajo práctico y atractivo.
     Por último, las características que un diseñador debe tener son: buen gusto artístico, cumplir con los plazos establecidos y tener conocimiento del proceso editorial para que sus elecciones sean las adecuadas en términos monetarios y en cuestiones estéticas.

Fuente:

Smith, Datus. “Edición del escrito”. Págs: 83-92

sábado, 22 de marzo de 2014

Viendo como corrector de textos

Cuando un universitario termina de escribir sus trabajos escolares, cuando algún egresado acaba su tesis, cuando se llena una solicitud de trabajo, en todos esos momentos en los que se finaliza un escrito, siempre es lo más adecuado y recomendable realizar una revisión del texto para ver si se cometió algún error y corregirlo. Un libro, no debe ser la excepción.
     Como ya se ahondó en entradas anteriores en este blog, el editor debe elegir qué manuscritos saldrán a la luz y cuáles serán desechados. A los que escoja para publicar se les debe preparar para la imprenta aplicándole las correcciones necesarias al texto, este trabajo de verificar un escrito es realizado por el corrector de textos. 

     ¿Qué es un corrector de textos? 

     Es el individuo que dentro de una empresa editorial se encarga de ordenar las ideas de un manuscrito para que sean claras y entendibles. Como en estos casos se trata de textos largos, la revisión que realice el corrector debe ser exhaustiva.
     El trabajo de un corrector en una editorial es muy importante. En primer lugar porque no es una labor fácil (requiere de mucha dedicación y atención) y en segundo porque esta actividad no es una que suelan realizar los autores de las obras. Explico: a cuántas personas nos ha pasado que terminamos de redactar un trabajo, lo revisamos, lo imprimimos, se lo mostramos a un compañero de clase minutos antes de entregarlo y él nos señala errores que nosotros como autores no habíamos observado. 
     Sucede lo mismo con los manuscritos, a veces los autores por estar cuidando las ideas que quieren transmitir, pasan por alto la ortografía o la coherencia de sus párrafos.

     ¿Qué hace un corrector de textos? 

     Podríamos pensar que revisar textos ajenos es una tarea fácil, sin embargo, ya que el autor muchas veces no revisa su obra, trabajar como corrector no siempre es tan sencillo como se podría imaginar. Si a ti te interesa trabajar de ello, pon mucha atención a las actividades que tendrías que revisar en un manuscrito si decides adentrarte al mundo de la corrección: 
  1. Legibilidad. La letra debe ser entendible, para que en los siguientes procesos de la publicación del libro, las personas entiendan lo que dice el manuscrito. El manuscrito no debe tener partes confusas por las correcciones que reciba, sino que estas deben ser reparadas y presentarse en limpio de nuevo. Que sea un texto escrito de forma clara. Si el texto no es así, entonces tendrás que regresarlo al editor pidiendo que se mejore la letra para que puedas comenzar con tu trabajo. 
  2. Unificación. En un sentido gramatical, el texto debe ser coherente consigo mismo. Es decir, si existen dos formas adecuadas para escribir una palabra, en el manuscrito no se usarán ambas formas, aunque sean las correctas, sino que se optará por una y se usará en toda la obra así. Tu trabajo será cerciorarte de que esta regla se siga a lo largo de todo el manuscrito. 
  3. Gramática. Ésta se vuelve un problema cuando hay que traducir el manuscrito de un lenguaje a otro. Además, la gramática depende muchas veces del estilo personal tanto del autor como del corrector, así que lo que debes hacer como corrector es realizar la revisión sin modificar las ideas ni el estilo del autor.
  4. Claridad y estilo. Muchas veces el autor se negará a que se modifique el estilo de su obra, pero si ello es muy necesario, entonces deberás ser diplomático y hacerle entender que dichos cambios son para mejorar la obra y hacerla más clara.
  5. Veracidad de la información. Como corrector no dispondrás del tiempo necesario para estar checando que todos los datos que el autor pone en su libro sean verdaderos o falsos, sin embargo, sí deberás poseer los conocimientos previos para darte cuenta de los errores que se pueden llegar a dar, sobre todo en fechas, nombres y datos duros. Es decir, deberás contar con un amplio bagaje cultural, para que no se te escapen estos detalles.
  6. Propiedad y legalidad. También deberás vigilar que el escrito no rompa con las leyes del país o con las políticas de la empresa, de la propiedad o los derechos de autor de otros autores. Esto con el fin de evitar demandas o de que se le acuse de difamación tanto a la editorial como al escritor. Este punto debe tratarse con cuidado porque las reglas cambian dependiendo de cada región.
  7. Detalles de producción. Al mismo tiempo que revisas todas las cosas anteriores, también deberás asegurarte de que el texto esté completo, es decir, que tenga índice, pies de página, bibliografía, glosario, etc.

     ¿Qué herramientas necesita un corrector?

Requiere de dos tipos de herramientas: 
Las personales: curiosidad, pasión por la lectura, sensibilidad hacia los idiomas, inteligencia, creatividad, preparación en todas las áreas. 
Las físicas: lápices de distintos colores, para distinguir las anotaciones que se le hagan al manuscrito. Libros de consulta (para ayudarse con la ortografía y con el contenido de la obra) y, por supuesto, un diccionario.


Fuente:

Smith, Datus. “Corrección del escrito”. Págs: 69-82

domingo, 23 de febrero de 2014

Feria Internacional del Libro de Minería

¡Ya inició la XXXV Feria Internacional del Libro de Minería! Y por supuesto, siendo este un blog sobre libros y su proceso editorial, no podíamos faltar. 
Arco iris de lomos
     El Palacio de Minería nos recibió con las puertas abiertas. Después de pagar $15 por entrar al recinto, pudimos disfrutar de los millones de títulos que se ofrecen a los visitantes en este evento cultural. 
     No pasaba del medio día del primer sábado que la Feria estuvo en la ciudad, y ya había gente apelotonada en algunos de los stands o moviéndose de un piso a otro con varias bolsas en las que se encontraban sus compras más recientes. 
     Hacia donde uno mirara, se encontraba con todo tipo de contenidos: bestsellers, novelas rosas (eróticas), libros de cocina, revistas, colecciones, promociones, discos, enciclopedias, libros en miniatura... 
     La variedad también podía encontrarse en la cantidad de autores y editoriales que abarcan el Palacio, así como instituciones reconocidas como el Fondo de Cultura Económica, Porrúa, TusQuets, Paidós, Alfaguara, Libros UNAM, Era, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Planeta, La Sonrisa Vertical, Santillana, Océano, Trillas, Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE), Urano, entre otras. 
Libros accesibles
     Conforme iba avanzando entre estantes y personas, me daba cuenta de que no había excusa para salir del lugar si un libro en las manos. Habían publicaciones, de muy buena calidad, desde los $10 pesos. Y si un libro no era de interés, también habían revistas, como Algarabía, y discos en los que se podía escuchar cuentos para niños o poemas.
Más que libros...
      En algunos de los stands, nos parábamos a preguntar a los encargados cuáles eran los libros más vendidos. Cosa curiosa con la que nos encontramos:
  • Los libros más vendidos de Era: "Las batallas en el desierto" del recién fallecido José Emilio Pacheco, "Aura" de Carlos Fuentes y "La noche de Tlatelolco" de Elena Poniatowska. 
  • Los libros más vendidos de la UNAM: "La visión de los vencidos" de Miguel León-Portilla y "Los chiles rellenos en México. Antología de recetas"
  • Los más vendidos de Alfaguara: Los libros de Yordi Rosado. 
     En otros stands simplemente apreciábamos el diseño de las publicaciones, en lo particular, el tipo de ediciones que hacía CONACULTA, me parecían de lo más llamativas y cuidadosas.


     


       Ediciones de CONACULTA







     Una de las cosas buenas de estar entre tantos libros, es que muchas veces parece que el tiempo no pasa. Íbamos de una editorial a otra, veíamos título tras título y autor tras autor y la Feria continuaba. Pasábamos por todo tipo de publicaciones, desde las dedicadas a los infantes...
Para todo público
     ... Hasta las dedicadas a un público con intereses más pasionales...

La reacción de la gente al ver los libros eróticos 
     La XXXV Feria Internacional del Libro de Minería, como todos los años, presentó variedad de temáticas para complacer a todo el público, permitiendo que muchos niños tuvieran sus primeros acercamientos a la lectura, que muchos jóvenes encontraran títulos para sus escuelas y que todo mundo gozará nuevamente del olor del papel, de los precios que invitaban a comprar y de los diseños de los libros que provocaban la lectura.

Nota de advertencia: 
Si a la siguiente Feria quieres ir "solamente para ver", no lleves nada de dinero, pues de otro modo, no podrás contenerte y terminarás comprando, mínimo, un par de publicaciones.




sábado, 22 de febrero de 2014

¿Cómo se decide si un manuscrito se publica o no?

En el texto “Desarrollo editorial: de la idea al libro” de Datus Smith, el autor describe las características de un buen editor. Éstas son: 

  • Debe encontrar el equilibrio perfecto en su trabajo entre ser un hombre de negocios y un promotor cultural.
  • Un buen editor sale a buscar libros. No se sienta a esperar que le lleguen los manuscritos. 
  • Estimula la creación de nuevos proyectos. No se va solamente con lo que ya se sabe que quiere la gente, sino que también intenta satisfacer otras necesidades.
  • Debe alimentar el proyecto con las aportaciones, experiencias y opiniones de todos los departamentos que intervienen en el proceso de edición, no depender de ellas, pero sí tomarlas en cuenta.
  • Llevar un registro de las obras que recibe, en el que se anote el nombre del autor que envía el manuscrito y las fechas de cuándo se reciben los manuscritos, cuándo se envían al consultor, cuando se devuelven, etc. Esto facilita la organización de los manuscritos
  • Debe ser ingenioso. Cuando se aparezca un obstáculo en el proceso de edición de un libro, debe tener creatividad para afrontarlos.
  • Debe estar informado sobre lo que pasa en la actualidad en el mundo, ser sensitivo a las reacciones del público y tener un bagaje cultural amplio.
  • Realizar estudios de mercado, para conocer mejor las ideas, gustos y necesidades de los lectores.
  • Programar y calcular tanto la inversión económica, como las ganancias y el tiempo en el que llegarán. Tener en cuenta, al mismo tiempo a los compradores potenciales, para saber quiénes comprarán el libro y cuántas copias se tiene oportunidad de vender.
  • Trabajar en conjunto con todos los departamentos de la casa editorial, no solamente escuchar sus opiniones sobre los manuscritos, sino también para planear la distribución, el diseño, etc.
  • Le debe dar una buena presentación a las ideas del libro.


 Proceso de evaluación y selección de las obras publicables. 

     La decisión de lo que una editorial publica o no, depende también de un buen editor, quien, como veremos más adelante, no debe tomar esta decisión solo. 
     A una editorial llegan anualmente cientos de manuscritos que buscan ser publicados. Elegir cuáles sí los serán y cuáles no, depende del editor, aunque también pueden intervenir otros aspectos. Por ejemplo, que se pierda el manuscrito o no se recuerde su nombre para llamar al autor (para ello se reitera es importante el registro). También puede que al editor no le de tiempo de leer el manuscrito. 
     O puede que no se cuente con los recursos monetarios para pagar todo el proceso de producción, que no haya papel suficiente o suficientes empleados. De la misma forma hay que reflexionar si el libro va con la línea de la empresa. Se pueden también contratar buscadores de libros, que salgan de la empresa y busquen manuscritos para enviárselos al editor. O se pueden dar premios para estimular que las personas participen, manden y se publiquen sus manuscritos. 
     Otra opción es que el autor contrate a un agente literario, quien mandará el manuscrito a varias editoriales y luego cuando una se interesa en la obra, hace un trato con la editorial que convenga al autor. La editorial también puede encargar a un autor, escribir un nuevo manuscrito, la idea puede surgir de distintos eventos: escribir las memorias de un personaje en boga, hacer una compilación de relatos de un escritor reconocido, pedirle a alguien que tenga facilidad para explicar temas científicos que transcriba algunos de sus discursos para hacerlos libro, etc.
      Por otro lado, si dentro del consejo editorial un miembro le da una primera lectura a un manuscrito y considera que puede tener éxito al ser publicado, se le pasa al editor quien invertirá tiempo en leer la obra completa. 
     Y si el editor no está seguro si valdrá la pena invertir en la publicación del libro, puede llamar a un consultor. Éste es un experto en el tema del que habla el libro, o una figura reconocida dentro del mundo literario. Él le ayudará a tomar esa decisión y también a mejorar el contenido de la obra.
     Como es fácil darse cuenta, con cada obra, la decisión de publicarla o no, dependerá de distintos factores, que muchas veces dependerán del editor, pero otras también del mismo autor. Sea cual sea el caso, lo importante es tener paciencia, pues el proceso puede ser largo y tener en cuenta lo que Datus Smith dice en el texto mencionado al inicio: “El proceso editorial genera gastos mucho antes de proporcionar ingresos”.


Fuente:

Smith, Datus. “Desarrollo editorial: de la idea al libro”. Págs. 54-68. 

domingo, 16 de febrero de 2014

Guía para la publicación de libros

Iniciemos como en la cuarta de forros de un libro de autoayuda: ¿quiere usted tener su propia empresa editorial?, ¿arde en deseos de ser editor?, ¿quiere publicar libros y no sabe cómo? Aquí le tenemos una guía con recomendaciones rápidas, fáciles y prácticas para que usted se decida a concretar el sueño que tanto le atormenta: participar en el proceso editorial. 

Requerimientos previos:
     Antes de que usted se convierta en el editor que México espera, debe estar seguro de esta decisión, por lo que antes de saber cómo iniciar su pequeña empresa para publicar libros se le recomienda leer el texto Viendo como editor, de este mismo blog, para que se de una idea de las actividades diarias que tendrá que realizar si trabaja de ello.  
     Si ya está seguro y desea iniciar su propia empresa editorial, entonces debe tener ciertas capacidades personales: iniciativa, inteligencia y energía. Si usted cuenta con poco capital, no se atormente, aún así puede realizar este sueño. 

Guía para publicar libros: 
     Los pasos para comenzar a publicar libros desde cero son: 
  1. Tener en cuenta cuestiones técnicas, como el costo de la maquinaria, del papel, o las relaciones con las instituciones con las que se vaya a colaborar (escuelas, funcionarios públicos, bibliotecas, librerías). 
    Usted puede ver con más detalle el proceso de imprenta de un libro en este link
  2. Deberá adaptar su trabajo editorial a sus propias necesidades. Usted, como pequeño editor que apenas abrirá su industria, puede observar las técnicas y experiencias de las empresas editoriales de otros países en los que estas empresas ya estén más desarrolladas, para adaptar así esas herramientas a su pequeña industria, a sus necesidades, a su realidad local y a los intereses tanto de los lectores como los suyos.
  3. Los libros son la llave para el desarrollo social, educativo y económico de una sociedad. Por lo que debe pensar que al fomentar la industria editorial en su país, estará impulsando no solo su cultura, sino también propiciará el desarrollo económico de su nación.
  4. Las editoriales como industrias locales, son necesarias. A pesar de que se tiene el concepto de que se adquiere una “alta cultura” al leer a autores extranjeros, también es importante que su industria le de voz a los escritores nacionales, con el propósito de enriquecer la cultura, en este caso, mexicana, crear una tradición histórica con sus libros y fomentar así también un sentido de unidad nacional.
  5. Una de las ventajas de tener una empresa editorial local, es que los lectores mexicanos se pueden sentir identificados más fácilmente con lo que se relate en el libro, pues se estará hablando de una cultura, de situaciones, pensamientos e incluso experiencias que ellos conocen y han vivido. Por ejemplo, para un lector de México será más significativo y podrá recordar con más facilidad alguna narración que hable sobre los empujones en el metro, lo que es comer tacos en la calle, ir en los camiones escuchando música a todo volumen y sufriendo un dolor en las pompas por lo rápido que pasan los topes, etc. En lugar de una que hable sobre los problemas de vivir en una sociedad oriental, de cazar a un animal para comer, o vivencias de otras culturas.
  6. Debe tener en cuenta que los libros que busque publicar, deben ser de interés para su lector y servir a las necesidades del mismo.
  7. Cuando ya se abra la empresa habrá que trabajar todo el tiempo en equipo. Para publicar un libro, se necesitará más que un editor, pues a pesar de que en éste recae la mayor responsabilidad y organización de la publicación, también necesita de otros especializados para completar y mejorar el trabajo. Los principales son:                                                                                                   -El autor. Que escribe el contenido de la obra. Él firmará un contrato con el editor para autorizar la venta de las copias de su manuscrito a cambio de recibir un pago, que va a depender del número de ejemplares que se vendan. Éste también tendrá que enfrentarse a la intervención del editor en su obra. Y debe estar consciente de que difícilmente podrá vivir de las ganancias que la venta de sus libros le otorguen.
         -El impresor. Convierte el manuscrito en un libro. Se encarga del diseño del libro, corregir errores, de elegir el tipo de encuadernación, el papel, la tipografía, los colores, etc.
         -El vendedor. Distribuye los libros y los pone a la mano del consumidor.
  8. Como editor deberá realizar numerosas actividades: recibir el manuscrito del autor, aportar el capital para todo el proceso, contratar los servicios del vendedor, impresor, diseñadores, supervisar cada paso del proceso de edición y distribuir los libros a los vendedores.
  9. Por último y cerrando como libro de autoayuda: usted pude lograr las cosas que se proponga, como iniciar su propia empresa editorial para publicar libros, sólo necesita iniciativa.

Fuente:

Smith, Datus. “Guía para la publicación de libros”. Universidad de Guadalajara. México, 2011. 14 p. 

sábado, 15 de febrero de 2014

Viendo como editor

Estás en la oficina, apenas tienes tiempo para observar a tu alrededor y darte cuenta de las montañas de papeles que a diario te llegan. De entre todos esos manuscritos debes elegir cuáles publicarás. Tu labor: convertir un montón de hojas engrapadas o mal cuidadas, en un libro. Gracias a ti, millones de jóvenes, niños, adultos o ancianos, tendrán en sus manos un libro. 
     La tapa será tal vez roja, azul, negra… En el metro se verá a los jóvenes subir al transporte con sus libros en las manos. En sus casas, los niños estarán frente a una mesa, observando las ilustraciones con maravilla. Todo gracias a tu decisión de publicar.
     Aunque también pueden haber libros que terminen abandonados en los estantes. Rayados por los niños. Rotos y despreciados por los jóvenes. Usados por los adultos para que la pata de la mesa no esté coja o por los abuelitos para matar a algún bicho. Para no publicar libros que sean tan poco interesantes para las personas, hay que saber ser un editor.
     Para saber si tendrías aguante en este trabajo dentro de una empresa dedicada a publicar libros, a continuación te presento las actividades que tendrías que llevar a cabo y te des una idea de todo lo que necesitas para desempeñar un buen papel de editor: 
  • Conocer la demanda. No sólo la presente, sino también las variaciones o intereses que se puedan formar en el futuro en el público.

Por un tiempo la temática en boga fue la de los zombies
  • Tu trabajo será seleccionar a los autores y a las obras que se publicarán, evaluar y corregir el escrito cuantas veces sean necesarias, elegir el número de la tirada, los costos de todo el proceso, el precio de venta, diseñar la forma de promocionar el libro, cuidar la tipografía, el lenguaje, el papel, el diseño, la forma de distribución, imponer a los autores que publicarás y proponer nuevas líneas en la literatura. 
  • Serás el líder de los tres principales departamentos de las editoriales: producción, comercialización y administración, teniendo en cuenta que cada uno de estos departamentos se divide en muchos más:

  1. Dentro del departamento de producción: la edición, la corrección de estilo, el departamento de arte, producción industrial, derechos de autor, derechos subsidiarios. 
  2. Dentro de la comercialización: El departamento de ventas, estudios de mercado, promoción y marketing, prensa, almacenaje y distribución, exportaciones. 
  3. Y dentro del departamento de administración: compras, finanzas, contabilidad, recursos humanos, servicios generales.

  • Tener olfato editorial para saber qué obra tendrá éxito y cuál es el verdadero valor narrativo de una obra.
  • Debes tener entusiasmo e imaginación, ser audaz e intuitivo para saber resolver los obstáculos y presentar el libro de una forma llamativa. 
  • Es importante contar con capacidad empresarial, para poner el dinero, arriesgarse a una pérdida financiera y responsabilizarse en nombre de un gran equipo de trabajo.
  • Hacer viable la empresa. Es decir, ser coherentes con las motivaciones de la empresa, ya sean estas culturales, éticas o económicas.
  • También hay que percibir cuál será la ventaja competitiva que dará la obra a la empresa editorial.
  • Tendrás que relacionarte con el autor de la obra, con los distribuidores, e incluso con el lector (conocer qué es lo que el cliente quiere, sus preferencias, necesidades, cómo satisfacerlo). Y no sólo estar en contacto con todos esos personajes, sino también ganarte su confianza, para que los autores vuelvan a acudir a ti cuando escriban otra obra y de los lectores, para que reconozcan tu trabajo.  
  • Tener en cuenta que tu relación con el autor no será siempre amigable. El escritor siempre creerá que su obra está bien como es, y como editor tendrás que aplicarle las mejoras sin ofenderlo. Este último puede también culparte a ti como editor si su libro no se vende y viceversa. Debes formar un buen vínculo profesional, emocional y personal con él.
  • Hay que saber manejar los recursos que se tengan a la mano para hacer las inversiones monetarias.  
  • Debes tener muy en cuenta que los libros publicados pueden expresar tanto poesía, como finanzas, provocar placer o ser de utilidad práctica, que puede significar una mercancía o una aportación cultural.
  • Cada día deberás tomar decisiones muy importantes, debes saber trabajar bajo la presión del tiempo por un lado, mientras que por otro también hay que saber que el proceso desde que se tiene el manuscrito en las manos hasta que se vende, puede durar meses. 
  • También debes saber que tu trabajo es ofrecerle un producto al lector y un servicio al autor (para mejorar y dar a conocer su obra). 
  • Por último, pero no menos importante, deberás saber equilibrar el aporte culturar de la escritura y de la obra, con los intereses del público.

Después de saber todo lo que debes hacer como editor, ¿tú podrías hacerlo?


Fuente:
Sagastizábal, Leandro de y Fernando Esteves Fros (comps.). “2. Administración de una empresa de cultura”, en El mundo de la edición de libros, Paidós/Diagonales, Buenos Aires, 2002. 12 p. 

sábado, 8 de febrero de 2014

¿Qué han leído los gobernantes?


“¿Cuáles son los tres libros que han marcado su vida personal y política?” le preguntaron a Enrique Peña Nieto, actual presidente de México, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) del 2011. Su respuesta provocó burlas y desprecio en distintos sectores de la sociedad, sin embargo, sacó a relucir un asunto que no es digno de risa: ¿qué es lo que leen los gobernantes? 
     Carlos Monsiváis en “Elogio (innecesario) de los libros”, habla respecto a este preocupante tema. 


      Todos los amantes de los libros hemos vivido en carne propia las alegrías que provoca el leer. La satisfacción de convertirnos en alguien más, de enriquecer nuestros conocimientos, de cultivar el idioma, de estimular nuestras ideas y nuestra imaginación, de alimentar nuestra curiosidad y de fortalecer nuestra personalidad, entre otras sensaciones. A pesar de la riqueza de la experiencia, éstos son los placeres que parecen algunos líderes no conocer.
     El problema radica en que, como los políticos no leen, entonces no está dentro de sus preocupaciones ayudar al desarrollo de un México de lectores. Los gobernantes no buscan impulsar la producción de libros nacionales y mucho menos inducir a leer a los mexicanos, pues para ellos la lectura no tiene mayor trascendencia en su vida cotidiana. Monsiváis da un ejemplo de ello en la página 5 del texto anteriormente mencionado: 
A un político del Partido Acción Nacional (de la derecha mexicana), Carlos Medina Placencia, un periodista le pregunta: «¿Qué lee ahora, senador?». Responde: «Nada, porque me cambié de casa y tuve que meter mis libros en cajas». Nuevo interrogante: «¿Y hace cuánto se cambió de casa?». Contestación elocuente: «Hace como ocho años». 
     Entonces, ¿qué es lo que leen los gobernantes? No mucho, al parecer. Tan sólo hay recordar todos los errores lingüísticos que han cometido los últimos presidentes de México para percatarnos de su alejamiento del mundo de las letras. Al menos antes leían un poco más, como sus discursos, hoy en día ya ni eso, pues ahora se los van dictando al momento por el chicharito que se ponen en el oído. 
      Y entonces, ¿qué pueden hacer los líderes políticos para impulsar la lectura en el país? Si hay un verdadero interés por propiciar la lectura, debe ser permanente, no solamente con programas o campañas que duren un par de meses o durante los festivales culturales, mientras que el resto del año se olvidan de que existen esas herramientas llamadas libros. 
     Hay que permitir que las personas se acerquen a los libros, para que exista así el estímulo mental que necesitan las personas para que por su cuenta sigan leyendo. Pues, como lo presenta Monsiváis, antes un grupo más pequeño de la población era el que leía pero la trascendencia de esa lectura era más amplia que ahora. Hoy más personas tienen acceso a los libros, pero no todos hacen uso de los libros.
     Y, ¿cómo impulsar que la gente se acerque a la lectura? Se puede hacer algo en primer lugar con los costos, por ejemplo, algunos estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), prefieren sacar copias, buscar los libros en Internet o en las bibliotecas, antes que ir a comprarlos, pues muchas veces su capital no es tan amplio como para estar comprando libros todo el tiempo. 
     Además, se tienen que dejar de lado los estereotipos dentro del propio mundo de la lectura. Por ejemplo, la globalización ha provocado que las ventas más grandes de los libros sean principalmente de dos estilos: autoayuda y bestsellers. 
     Los primeros, son leídos por personas que buscan abrir su negocio que pretende ser multimillonario, subir su autoestima, convertirse en buenos hijos y superar la pérdida de un ser querido, todo ello con tan sólo 7 sencillos pasos. Y los segundos, bestsellers, desprestigiados…  no sólo por los propios lectores que no se atreven a leer algo tan "superficial y masivo", sino también por las adaptaciones cinematográficas que muchas veces no hacen justicia a las historias.
     Si se le pregunta a los fans de alguna historia, que hayan tanto leídos los libros como visto las películas, sobre adaptaciones como "El Señor de los Anillos", "Harry Potter", o algún libro de Stephen King, dirán en su mayoría que no se le hace justicia por completo a la obra literaria, pues siempre faltarán elementos que son difíciles de traducir a la pantalla grande.
     Estos dos tipos de libros, autoayuda y bestsellers, son vistos como modas, sin embargo,  no debemos ver todo como enteramente bueno o malo, pues no debemos olvidar que, modas o no, propician que determinado grupo se inicie con el hábito de la lectura y al menos con ello ya sean capaces de mencionar los tres libros que marcaron su vida, a diferencia de otros personajes políticos.

Fuente:
     Monsiváis, Carlos. “Elogio (innecesario) de los libros”. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, 2004. 12 p. 

martes, 4 de febrero de 2014

Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana...


La Federación anunciaba el comienzo de otro ciclo escolar... Y con ello, vino la creación del presente blog.

     A todos aquellos lectores, lectoras, monstruos o cualquier otra criatura que se cruce con los contenidos aquí propuestos le doy el más cordial recibimiento. Y les propongo, no de forma indecorosa, que nos dejemos llevar juntos por este camino sinuoso lleno de lecturas y controles, cuya meta es el ejercicio periodístico.

     Y qué mejor forma de que presentar este nuevo espacio que con una fabulosa canción de bienvenida:


   
     No me queda más que recordarles que... La ropa sucia, también se puede lavar en Polakas.