En el texto “Desarrollo editorial: de la idea al libro” de Datus Smith, el autor describe las características de un buen editor. Éstas son:
- Debe encontrar el equilibrio perfecto en su trabajo entre ser un hombre de negocios y un promotor cultural.
- Un buen editor sale a buscar libros. No se sienta a esperar que le lleguen los manuscritos.
- Estimula la creación de nuevos proyectos. No se va solamente con lo que ya se sabe que quiere la gente, sino que también intenta satisfacer otras necesidades.
- Debe alimentar el proyecto con las aportaciones, experiencias y opiniones de todos los departamentos que intervienen en el proceso de edición, no depender de ellas, pero sí tomarlas en cuenta.
- Llevar un registro de las obras que recibe, en el que se anote el nombre del autor que envía el manuscrito y las fechas de cuándo se reciben los manuscritos, cuándo se envían al consultor, cuando se devuelven, etc. Esto facilita la organización de los manuscritos
- Debe ser ingenioso. Cuando se aparezca un obstáculo en el proceso de edición de un libro, debe tener creatividad para afrontarlos.
- Debe estar informado sobre lo que pasa en la actualidad en el mundo, ser sensitivo a las reacciones del público y tener un bagaje cultural amplio.
- Realizar estudios de mercado, para conocer mejor las ideas, gustos y necesidades de los lectores.
- Programar y calcular tanto la inversión económica, como las ganancias y el tiempo en el que llegarán. Tener en cuenta, al mismo tiempo a los compradores potenciales, para saber quiénes comprarán el libro y cuántas copias se tiene oportunidad de vender.
- Trabajar en conjunto con todos los departamentos de la casa editorial, no solamente escuchar sus opiniones sobre los manuscritos, sino también para planear la distribución, el diseño, etc.
- Le debe dar una buena presentación a las ideas del libro.
Proceso de evaluación y selección de las obras publicables.
La decisión de lo que una editorial publica o no, depende también de un buen editor, quien, como veremos más adelante, no debe tomar esta decisión solo.
A una editorial llegan anualmente cientos de manuscritos
que buscan ser publicados. Elegir cuáles sí los serán y cuáles no, depende del
editor, aunque también pueden intervenir otros aspectos. Por ejemplo, que se
pierda el manuscrito o no se recuerde su nombre para llamar al autor (para ello
se reitera es importante el registro). También puede que al editor no le de tiempo de
leer el manuscrito.
O puede que no se cuente con los recursos monetarios para pagar todo el proceso de producción, que no haya papel suficiente o suficientes empleados. De la misma forma hay que reflexionar si el libro va con la línea de la
empresa. Se pueden también contratar buscadores de libros, que salgan de la empresa y busquen
manuscritos para enviárselos al editor. O se pueden dar premios para
estimular que las personas participen, manden y se publiquen sus manuscritos.
Otra opción es que el autor contrate a un agente literario, quien mandará el manuscrito a varias editoriales y luego cuando una se interesa en la obra,
hace un trato con la editorial que convenga al autor. La editorial también
puede encargar a un autor, escribir un nuevo manuscrito, la idea puede surgir
de distintos eventos: escribir las memorias de un personaje en boga, hacer una
compilación de relatos de un escritor reconocido, pedirle a alguien que tenga
facilidad para explicar temas científicos que transcriba algunos de sus
discursos para hacerlos libro, etc.
Por otro lado, si dentro del consejo editorial un miembro le da una primera
lectura a un manuscrito y considera que puede tener éxito al ser publicado, se
le pasa al editor quien invertirá tiempo en leer la obra completa.
Y si el editor no está seguro si valdrá la pena
invertir en la publicación del libro, puede llamar a un consultor. Éste es un
experto en el tema del que habla el libro, o una figura reconocida dentro del
mundo literario. Él le ayudará a tomar esa decisión y también a mejorar el
contenido de la obra.
Como es fácil darse cuenta, con cada obra, la decisión de publicarla o no, dependerá de distintos factores, que muchas veces dependerán del editor, pero otras también del mismo autor. Sea cual sea el caso, lo importante es tener paciencia, pues el proceso puede ser largo y tener en cuenta lo que Datus Smith dice en el texto mencionado al inicio: “El proceso editorial genera gastos mucho antes de
proporcionar ingresos”.
Fuente:
Smith, Datus. “Desarrollo editorial: de la idea al
libro”. Págs. 54-68.


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